Los
juguetes tradicionales representan parte de la cultura mexiquense y son
elaborados con diseños únicos que combinan diferentes técnicas, por lo que no
debe sorprender que un jenga, balero, trompo o un yoyo contengan un colorido y
llamativo diseño.
Se caracterizan por desafiar la destreza de
quien los utiliza, por lo que también son considerados como instrumentos de
aprendizaje y diversión, pues satisfacen la necesidad de socialización y de
ocio de las personas durante la niñez.
Las piezas artesanales son provenientes de San
Antonio la Isla, Ixtapan de la Sal, Santa María Rayón, Chalco y Ecatepec, entre
otros municipios mexiquenses.
La
manufactura de artesanías de madera es una práctica de al menos tres
generaciones en los sitios que busca conservar y difundir el uso de los
juguetes tradicionales.
El
proceso comienza desde el secado de los troncos, pues la madera llega aún
verde, seguido de esto, con el uso de herramientas como el torno, raspadores de
madera y pintura se crean distintos juguetes.
Aunque
las maquinarias han sido actualizadas en varios talleres, hay familias que aún
utilizan tornos tradicionales, como los de “violín”, el cual es un torno con un
arco que requiere del uso de manos y pies.
La
creatividad de los artesanos juega un papel importante para dar vida a las
piezas que divertirán no solo a los chicos, sino también a los más grandes del
hogar.
Para
los juguetes utilizan colores llamativos como el rojo, amarillo y azul, para
atraer la atención de los niños.
Entre
los juguetes tradicionales más vendidos se encuentran los trompos, baleros,
yoyos, carros, jengas, caballitos, caniqueros, portarretratos y alhajeros.
Cada
juguete, como el yoyo o el trompo, posee distintas formas de jugar,
favoreciendo así la imaginación del usuario.
Por
ello, la Secretaría de Cultura y Turismo estatal invita a la población a
adquirir juguetes tradicionales hechos por las manos de artesanas y artesanos
mexiquenses, reactivar la economía local al tiempo que se contribuye a
disminuir el impacto que en el sector tienen las medidas de distanciamiento
social dispuestas para prevenir el contagio por COVID-19.