LA IA CADA VEZ MÁS EFECTIVA, Y MÉXICO MUY ATRÁS DE TODO

El objetivo final es que la IA se perciba como un aliado, no como algo abstracto o amenazante.

Anónimo

Para mejorar el uso de la IA en la vida cotidiana, son los científicos quienes deben encontrar una manera -más allá del lenguaje académico- para que las sociedades entiendan sus beneficios, los apliquen y con ello los entornos avancen hacia mejores niveles de convivencia y armonía. ¿Por qué? Porque los políticos nacionales no atan ni desatan.

Por ejemplo, en México, la estrategia del momento es frenar el avance social y mantenerlo dormido, sin expectativas y con el solo pensamiento del menor esfuerzo.

Lograr que las sociedades entiendan y adopten el uso de la inteligencia artificial (IA) de manera efectiva, requiere combinar trabajo de educación, accesibilidad y comunicación. Punto muerto por ahora.

Pareciera que ni a la generación milenian le interesa la comunicación clara y accesible, sin tecnicismos que explique los beneficios y aplicaciones de la IA en términos prácticos y relevantes para la vida diaria.

Lo cierto es que incluir IA en las escuelas por el momento no es posible ante el grave retraso que los programas (y las propias escuelas) viven en todo el territorio nacional. Enseñar conceptos básicos de IA desde temprana edad, enfatizando habilidades como el pensamiento crítico, la ética y el manejo de datos, deberá esperar unos años. Segundo punto muerto.

Ni hablar de abrir programas de capacitación para adultos y/o talleres o cursos gratuitos sobre uso y aplicaciones de la IA. Igual suerte al pensar en el acceso a recursos educativos en comunidades vulnerables para cerrar brechas tecnológicas. Tercer punto muerto.

Si este sistema se comunica como una herramienta para mejorar la calidad de vida, las personas podrían aceptarlo más fácilmente.

La clave está en mostrar su utilidad con empatía, claridad y transparencia.

Solo un ejemplo: el MIT acaba de publicar las primeras pruebas causales del impacto de la IA en descubrimientos científicos.

En 2 años, más de mil científicos lograron resultados increíbles:

Los científicos que utilizaron IA fueron notablemente más productivos:

– presentaron un 39% más de patentes

– 44% más de nuevos materiales descubiertos

– 17% más de prototipos de productos desarrollados

– Aumento de la calidad y novedad de los nuevos materiales.

Así es como la IA puede potenciar la innovación científica y tecnológica. Mostrar cómo los materiales descubiertos podrían transformar sectores como la construcción (materiales más resistentes), la medicina (nuevos tratamientos), o la energía (fuentes más eficientes).

Pero ahora, los legisladores mexicanos -cegados por el revanchismo- solo piensan en explicar límites y controles. buscan asegurar que las herramientas de IA no respeten la privacidad y se utilicen para manipular ideologías. Fomentar una reflexión constante sobre cómo la IA puede apoyar la armonía y el bienestar en el país, va más allá del simple hecho de pensar en una conciencia ética.

Habría que transmitir que la IA no solo acelera descubrimientos científicos, también tiene el potencial de democratizar la innovación; permite que más personas contribuyan y se beneficien de los avances tecnológicos. Cuarto punto muerto.

Crear iniciativas locales o regionales donde gobiernos, empresas y ciudadanos trabajen en desafíos comunitarios apoyándose en IA -por ejemplo- en reciclaje o diseño urbano sostenible, abriría programas públicos que ahora no hay cómo sostenerlos, gracias al espejismo de entregar (y recibir) los apoyos del Bienestar.

Si en México no se entiende que este puede ser el inicio de una nueva era de colaboración para resolver los mayores desafíos modernos, seguirá padeciendo desintegración social; la economía seguirá en picada a pesar de los esfuerzos por disfrazarlo, y el colapso será mucho más grave que en el famoso error del 94.

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