Con un magno concierto la Orquesta Filarmónica de Toluca (OFiT) rindió homenaje póstumo al eminente organista, compositor y pedagogo Víctor Urbán Velasco.
Luego de ser testigos de un evento extraordinario en la Catedral de la ciudad, que trasciende a la celebración musical, el Presidente Municipal, Juan Maccise, dijo, ante la familia Urbán, los hermanos Martha, Mercedes y Pedro, el arzobispo Raúl Gómez González y asistentes, que fue una noche en la que se pudo apreciar cómo el talento, la pasión y la dedicación por la música se transmiten de generación en generación.
El evento es testimonio de la grandeza de la figura del músico en la escena cultural de México, de modo que, el gobierno municipal impulsará las acciones necesarias para que sus restos mortales sean depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres, resaltó el Alcalde, luego de entregar una distinción conmemorativa póstuma que recibió uno de los hermanos del Maestro.
Bajo la dirección de Gerardo Urbán, sobrino del homenajeado, la OFiT llevó a los asistentes en un viaje emocional a través de un repertorio cuidadosamente seleccionado para capturar la esencia del loado.
La noche inició con la poderosa “Fanfarria para el hombre común” de Aaron Copland, una pieza que, desde el primer acorde, parecía elevarse hacia lo más alto de las bóvedas. El Concierto en Do mayor de Bach/Vivaldi y la inconfundible Tocata y Fuga en Re menor de J.S. Bach fueron interpretados con tal precisión y emotividad que cada rincón de la Catedral vibró, recordando a los oyentes el nivel de maestría y devoción que Urbán Velasco profesó hacia la música.
El programa también incluyó el majestuoso Retablo Medieval de M. Bernal Jiménez, un guiño a la profunda espiritualidad y riqueza cultural. David Soteno e Isaac López, organistas invitados, contribuyeron a que esta distinción se convirtiera en una experiencia inolvidable, un último adiós musical que, en lugar de dejar un vacío, llenó el corazón de todos con la certeza de que el Maestro Víctor vive en cada acorde, en cada rincón de la Catedral, y en el recuerdo de quienes lo admiraron.
Su trayectoria fue colosal; sus manos acariciaron teclados en México, Estados Unidos, Japón, Rusia, y muchos otros países. Sus interpretaciones se convirtieron en un puente entre lo terrenal y lo divino, un vínculo que lo llevó a ofrecer un concierto ante el pontífice Papa Juan Pablo II.
Durante los últimos 23 años el Maestro Urbán se desempeñó como Titular del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN), el instrumento más grande de su tipo en América Latina.