ENTRE PERIODISTAS
Por Andrés A. Solis*
Falta poco más de mes y medio para que concluya el actual gobierno y el presidente se mantiene firme encabezando sus eventos matutinos.
Estos eventos mañaneros no son ni una conferencia de prensa ni mucho menos un ejercicio de transparencia ni rendición de cuentas.
En estos actos, el presidente hace un acto de propaganda, manipula información a conveniencia, le habla a su audiencia fiel y nunca responde a las preguntas de periodistas profesionales, además de que su jefe de propaganda, Jesús Ramírez Cuéllar privilegia dar la palabra a sus aplaudidores sedicentes periodistas.
Era lógico que el presidente no dejaría sus mensajes matutinos después de la elección del pasado 2 de junio, aunque a estas alturas es cada vez más evidente lo innecesario de seguir gastando dinero público cada mañana por tres horas.
El discurso presidencial ha sido más repetitivo en estos últimos dos meses que en todo el sexenio. Sus ataques a periodistas, sus actos de victimización, su permanente mensaje contra sus adversarios conservadores que tanto lo han querido atacar y claro, su insistencia de reformar al Poder Judicial y desaparecer organismos autónomos, usando argumentos alejados de la verdad, pero apelando a la ignorancia de muchas personas sobre cómo funcionan las instituciones.
Quedan menos de dos meses; varias semanas más para que el empleado más caro de la Presidencia mantenga sus mensajes sin información realmente útil.
Ya la virtual presidenta electa dijo que hizo una encuesta para preguntar si “el pueblo” quería que continuaran las “mañaneras” y hasta preguntó en qué horario.
La oficina de la futura presidenta no compartió los resultados de esa encuesta ni la metodología, pero al estilo de este gobierno, dirán que así lo dispuso el pueblo de México. Sólo falta ver si la primera presidenta de México tendrá ganas de desperdiciar tres horas diarias o hará un ejercicio más productivo como lo hizo siendo jefa de Gobierno de la CDMX y como lo ha hecho en este periodo de espera a que asuma el poder.
PD. En el caso del asesinato del colega en Celaya, Guanajuato percibo dos cosas que hay que destacar:
1. Las policías municipales no tienen entrenamiento especializado para brindar seguridad a personas en lo particular, para actuar como escoltas, pues. Las policías municipales se gradúan después de un curso muy general que dura seis meses. Ser Escoltas significa una especialización.
2. Como consecuencia, es claro que no había un plan de protección para el periodista, lo cual es evidente si al sujeto de protección lo trasladaban a bordo de una patrulla. , así que la Policía Municipal tiene mucho que explicar, lo mismo que los gobiernos estatal y federal.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:05 hrs., por Radio Educación.