La encefalopatía crónica traumática es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central que está asociada con conmociones repetitivas provocadas por impactos severos –que no necesariamente son directamente a la cabeza–, que provocan una sacudida muy fuerte y hacen que el cerebro produzca una serie de sustancias, sobre todo calcio intracelular, que puede provocar la muerte, pero no se puede “satanizar” a los deportes de contacto como el futbol americano o el boxeo, porque puede tener unas causas.
Así lo explicó el Doctor César Alejandro Chávez García, Médico Cirujano con entrenamiento en Urgencias Médico Quirúrgicas, Especialista Certificado en Lesión Cerebral, Fundador del Programa de Emergencias en Conmoción Cerebral y Coordinador General de la Delegación Estado de México de la Cruz Roja Mexicana, quien preciso que la encefalopatía crónica traumática se asocia a conmociones cerebrales repetitivas que no han sido tratadas adecuadamente, porque no se permite la recuperación del paciente.
Precisó que tal padecimiento todavía no se puede diagnosticar en un paciente vivo, la única manera es a través de un estudio patológico, con una muestra del cerebro, lo que permite determinar el lugar exacto donde se encuentra la lesión, que es un espacio determinado del cerebro.
Al participar en el programa “Más Salud”, de Radio UNAM, que conduce la Doctora Viridiana Martínez, con el tema “El lado oscuro del boxeo y del futbol americano”, el Doctor Chávez García, quien también es Director General del Hospital Central de Cruz Roja Mexicana, en Polanco, señaló que lo más importante en materia de encefalopatía crónica traumática es la prevención y un manejo adecuado del paciente.
La prevención porque debe evitarse a toda costa que se presenten golpes severos y repetitivos que sacudan el cerebro intempestivamente, y el manejo adecuado porque, cuando ya se presentó la conmoción, se debe evitar a toda costa que ésta se repita y al paciente se debe dar un tratamiento especial para lograr su recuperación paulatina, reincorporándolo tanto a sus actividades académicas como físico-atléticas.
“La recomendación más fuerte de los profesionales que se dedican a la conmoción en el deporte, la más importante, es la prevención de las lesiones, la identificación temprana, aceptar que, si yo tuve un golpe practicando deporte y tengo síntomas sospechosos de haber sufrido una conmoción, como dolor de cabeza, pérdida inicial del conocimiento, la vista perdida, algún temblor inesperado, que son signos sospechosos de conmoción, debo evitar que la conmoción se repita”, indicó.
Explicó que, hasta que quien sufrió una conmoción sea evaluado por un profesional que pueda aplicar herramientas y que diagnostique que en realidad está conmocionado, debe entrar a un proceso de rehabilitación que hoy conocemos como como “protocolo de conmoción”, que mínimo dura 7 días, y después se puede reintegrar a la actividad.
“Esto asegura que no exista un efecto acumulativo en las lesiones y que exista un riesgo mayor de padecer encefalopatía crónica traumática”, recomendó.
Aclaró que por eso no se permite que un jugador regrese al terreno de juego cuando ha sufrido una conmoción, porque se presenta el llamado “síndrome del segundo impacto”, que es recibir otro golpe en un periodo corto –en menos de 6 días—lo que provoca una inflamación constante del cerebro.
Dijo que debe someterse al paciente a recuperación a través de un plan de regreso a la actividad, en el que se recomienda reposo en las primeras 24 a 48 horas, y después ejercicio paulatino, tanto mental como físico.
Señaló que la diferencia entre el futbol americano y el boxeo es el proceso de recuperación, pues en el primer deporte la presencia de conmociones es periodos muy cortos, mientras que en el pugilismo el atleta después de sufrir la conmoción tiene tiempo más largo para su recuperación, que puede ser de meses.
Sin embargo, aclaró que por tabúes o por exigencias vinculadas a becas o a salarios, el jugador de futbol americano se arriesga más e incurre en el regreso a la actividad antes de tener una recuperación plena que debería respetar meses de recuperación.
Finalmente, Chávez García precisó que el dolor de cabeza es el principal síntoma que alerta sobre los efectos negativos de una conmoción, incluyendo la encefalopatía crónica traumática, seguido de alteraciones del equilibrio y en tercer lugar pérdida de la memoria.