*Destacan cuadros, alhajeros, libretas, separadores, entre otros productos.
CHIMALHUACÁN, México. – El moldeado de las fibras vegetales en el Estado de México es una práctica que se ha desarrollado a partir del aprovechamiento de diferentes plantas endémicas, utilizando sus raíces, tallos, hojas o varas, para la elaboración de artesanías.
El popotillo es una fibra seca de zacate cambray, es un pasto silvestre que crece en zonas montañosas que con gran maestría trabaja la artesana María Soledad Palacios Torres, del municipio de Chimalhuacán.
“Con el popotillo se elaboran escobetillas y escobas, aunque recuerdo que esta artesanía tiene orígenes prehispánicos y con la materia prima se decoraban algunas zonas arqueológicas o escuelas y la técnica sigue viva hasta nuestros días porque se ha transmitido generacionalmente”, refirió la artesana.
Con creatividad y portadora de conocimientos ancestrales, realiza cuadros, cajas, espejos, libretas, separadores, imanes y cualquier tipo de trabajo especializado, siendo los retratos un gran reto para ella, por su gran destreza y precisión en los detalles.
El proceso de elaboración inicia con la compra del popotillo y la cera de Campeche, luego se tiñe con anilinas dando como resultado una amplia gama de colores, y posteriormente los encera para realizar cualquier dibujo y tener la consistencia deseada.
Posteriormente corta con la uña el popotillo y, apoyada de la cera, va tomando forma la obra artesanal; es importante mencionar que todo el proceso demora alrededor de cinco horas para piezas pequeñas y hasta tres meses para piezas detalladas.
Las técnicas que utiliza son: el “petatillo”, haciendo alusión al petate, que consiste en dibujar líneas muy finas entrecruzadas, o el “enregado”, que utiliza regularmente para rellenar las figuras y dar justamente ese aspecto relajado de algunas fotografías, retratos o pinceladas de obras pictóricas.
Sin olvidarse del desvanecido técnico que se ayuda de los colores en escalera para poder realzar sombras, atardeceres, cielos o fondos de paisajes. La maestra utiliza la técnica del “abanico” que, a diferencia de la anterior, busca colocar menos material para que dé un aspecto visual más abierto.
Es de referir que el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), tiene un registro de 6 mil 802 personas artesanas, de las cuales 5 mil 150 son mujeres y mil 652 hombres, destacando los municipios de Tenancingo, El Oro, Zumpahuacán, Donato Guerra, Valle de Bravo, Tlalmanalco, Toluca, Lerma, Temoaya, Tonatico, Chimalhuacán, entre otros.
El público interesado en adquirir estas piezas lo puede hacer a través de las 15 tiendas Casart que se encuentran en la entidad, o a través de las plataformas digitales como Amazon y Mercado Libre o a través de la aplicación de WhatsApp al 722-148-6220.