El 27 de enero se conmemora el Día Internacional de las y los Restauradores, quienes realizan una importante labor sobre los bienes patrimoniales para su correcta preservación y, en ese contexto, la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México reconoce el trabajo que realizan pues facilitan que el legado cultural en la entidad llegue a las generaciones futuras.
Esta disciplina nace en Francia durante el siglo XIX con la intención de preservar, estabilizar y retardar el deterioro de los bienes muebles e inmuebles del Patrimonio Cultural, realizando trabajos de conservación preventiva, curativa y de restauración.
“No nada más es intervenir la obra, realmente la labor del restaurador es muy amplia, vemos historia del arte, química, la composición de los materiales, biología, precisamente para saber qué bicho ataca a una obra, haciendo de esta labor, algo muy bonito”, reconoció Claudia Escorza Rodríguez, encargada del Departamento de Restauración de la Secretaría de Cultura y Turismo.
En México la restauración surge en la época porfiriana, al igual que instituciones como el INAH e INBA, para legislar y proteger los bienes patrimoniales, ya que estas intervenciones deben hacerse con mucho cuidado, además de conocer la historia de las obras, el lugar donde surgieron, con qué materiales fueron creadas y así dar un tratamiento adecuado a las mismas.
“Yo he estado en proyectos de retablos, de pintura en caballete de gran formato, que formaba parte de la historia virreinal en México, y a mí de todos los procesos que se hacen en restauración, me gusta mucho la limpieza y la reintegración”, agregó Escorza Rodríguez.
El arte de la restauración aún enfrenta retos, ya que las generaciones que vienen, con sus nuevas herramientas, deben seguir apostando a los libros, a la investigación tradicional y así ampliar sus conocimientos para seguir conservando el legado cultural de la humanidad.