PORFIRIO, EL GRAN CONVERSADOR
Por Andrés A. Solis*
Entre periodistas de la Ciudad de México y muchas entidades, seguro cada quien tiene al
menos una anécdota con Porfirio Muñoz Ledo. Mi primer contacto fue cuando Porfirio era
presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a mediados de los años
90.
A Muñoz Ledo lo entrevisté muchas veces, pude conversar otras tantas y escucharlo dictando
alguna conferencia o dando un mensaje en el Congreso de la Unión, que era el espacio, donde
más le gustaba estar; especialmente en la tribuna parlamentaria.
Era un tipo brillante, con una agilidad mental y una agudeza a la hora de hablar que si te
descuidabas medio segundo, te convencía de lo que estaba diciendo.
Le fascinaba dar entrevistas. Como buen animal político sabía que aparecer en la prensa era
una obligación, no un gusto. Claro que además amaba los reflectores.
Como político era un excelente comunicador. Ya quisiera cualquier personaje de la vida pública
tener al menos el uno por ciento de la habilidad que tenía Porfirio para dar discursos hablar
ante la prensa.
Era dueño del “timming”; sabía perfectamente qué decir y en qué momento decirlo para dar la
nota del día. En el Congreso esperaba pacientemente a que la mayoría de periodistas
estuviesen pendientes de él, para entonces decir o hacer lo justo para aparecer en los
noticiarios de la noche y en las páginas de los diarios del día siguiente.
Recuerdo una vez que acudí a cubrir una conferencia que impartió en la Universidad Autónoma
Metropolitana, Unidad Iztapalapa. Un amigo reportero y yo lo atajamos antes de entrar al
auditorio; de hecho lo “tacleamos” en el estacionamiento.
Recuerdo muy bien sus palabras:
“Haber muchachitos (ambos éramos aún jóvenes reporteros), claro que les doy la entrevista,
pero después de mi conferencia; porque si les digo algo ahorita, se va a ir y ya no me van a
escuchar lo que tengo que decir y es muy interesante”. Nos quedamos hasta el final.
Después me tocó cubrir su efímera campaña presidencial por el Partido Auténtico de la
Revolución Mexicana (PARM) en el 2000. Éramos un grupo pequeño de periodistas que lo
cubrimos, cuando el resto andaba detrás de Vicente Fox Quesada (PAN), Francisco Labastida
Ochoa (PRI) y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD).
Porfirio Muñoz Ledo fue un personaje que podía ser amado y odiado, pero fue una pieza
importante en la historia reciente del país. Firme creyente de la llamada “Tercera Vía” fue
constructor de alianzas y gobiernos de coalición.
Fue un político marrullero como el que más, sin temor a pasar por encima de quien fuera en
aras de alcanzar sus metas. No por nada fue el político arcoíris, porque transitó por
prácticamente todos los partidos políticos.
Aun así, y sin pretender adular a este personaje, sí hay que reconocer que cambió la forma de
hacer política, la forma de hacer parlamentarismo y enseñó a varias generaciones de
periodistas a ser más hábiles que él a la hora de entrevistarlo.
PD. Esas estrellas del periodismo que hicieron su video para exigir esclarecer el atentado
contra Ciro Gómez Leyva… ¿Dónde andan ahora que asesinaron a otro colega?
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas
prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy”
que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por Radio Educación.