Por José Manuel Rueda Smithers
PROVOCACIÓN DIRECTA Y EL EJÉRCITO AMARRADO
Le quise dar sus abrazos y casi me da balazos, le leí las dos cartillas, lo saqué de sus casillas. Supe que ética y moral no caben en su morral, ya que otras son sus querencias: mi dinero y pertenencias.
Gonzalo Ramos Aranda, en © LatinoPoemas
El pasado viernes 23 de septiembre ¿se acuerdan de la liga terrorista de ese nombre? supuestos “normalistas” atacaron violentamente el Campo Militar #1. Forma es fondo, dicen los que saben.
Ahora, las provocaciones suben de tono, buscan lograr muertos para usarlos como mártires. Y el ejército, atado de manos por la ineptitud.
Por increíble que parezca, el habitante de Palacio Nacional pierde su propia estrategia que, por años, sostuvo como bandera política.
Sin control alguno, los vividores que encontraron en los desaparecidos de Ayotzinapa, una mina de oro, rebasaron la línea de la prudencia y provocan al propio ejército, sabedores que los abrazos y no balazos, rendirán ante ellos las canonjías por las que pelean: dinero (que por supuesto está más allá de los estudiantes desaparecidos).
Autoridades, de gobernación, de SEDENA, y de CdMx, se echan la bolita con el –siempre muy pobre- argumento de que no es su jurisdicción, “corresponde al de junto”.
¿Qué pasó el viernes 23 de septiembre? Violentas manifestaciones protagonizaron los del contingente de Ayotzinapa.
El vetusto y ya poco eficaz subsecretario de gobernación para Derechos Humanos, Alejandro Encinas, torpemente deslindó a los padres de los estudiantes de los actos vandálicos en las instalaciones de la FGR, la embajada de Israel, y luego del Campo Militar #1.
El mesías de palacio aseguró que están infiltrados por conservadores. Luego entonces, si lo sabe, ¿por qué no los detienen?
La cultura de la violencia se armó por partes: lo que no ocurrió el jueves en la embajada de Israel, o en el ataque atacaron a la FGR, que dejó a policías lesionados por cohetones y petardos, el viernes se encontraron con un operativo coordinado cuando los encapuchados se fueron contra el Campo Militar no. 1 de La Secretaria Defensa Nacional.
Manifestantes causaron destrozos, pintas y lanzaron petardos y cohetones, pese a la presencia de la policía de la ciudad de México. Detuvieron su beligerancia cuando tanquetas antimotines los mojaron, pues ni siquiera los replegaron con el chorro de agua directo, con solo mojarlos, frenaron la violenta manifestación.
Esto significa que no les gusta el baño. Son puercos y punto.
Las informaciones señalan que el ataque de mayor trascendencia por parte de los normalistas visitantes a la Cdmx, se ubicó en el campo militar, y causaron destrozos bajo la supuesta protesta por la falta de justicia en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos.
Fueron dispersados luego de que arribaron los tanques antimotines.
En su mañanera, el presidente López Obrador y el subsecretario de SEGOB Alejandro Encinas llamaron a los manifestantes a que lo hicieran de manera pacífica.
¡Sabían lo que iba a pasar!
AMO acusó que hay gente ajena a los normalistas de Ayotzinapa que buscan enfrentarse con el gobierno.
“Los padres de los jóvenes han estado informados de todo lo que estamos haciendo, se está aclarando lo que sucedió, castigando a los responsables, sin impunidad”. Y el pobre subsecretario aseguró que los militares están ayudando con la investigación.
Luego, Encinas indicó que los padres de los normalistas han exigido que se cumplimenten las órdenes de aprehensión.
La respuesta fue contundente, pasadas las 13 horas, la manifestación violenta hizo presencia en contra del campo militar no. 1.
Mientras unos juegan a gobernar, los otros exigen dinero para no golpear y matar.
Bonito el mundo que Morena nos quiere heredar.