Frente a los cambios en el modelo educativo nacional, debemos distinguir entre calidad y excelencia, afirmaron los especialistas en Educación de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Gustavo Segura Lazcano y David Miranda García. Precisaron que la primera se refiere únicamente al cumplimiento de los estándares del mercado, mientras que la segunda implica valores y juicios de valor, de ahí que representa un reto para el ámbito gubernamental.
En su artículo “Algunas reflexiones en torno a la excelencia y calidad educativas”, publicado en la Revista Universitaria, Segura Lazcano y Miranda García expusieron que la excelencia conlleva la virtud de las personas y la búsqueda del verdadero bien, así como “autodisciplina y voluntad para conducirse de forma pulcra en la esfera pública”, “modos de ser y actuar ejemplares”.
En cambio, indicaron, la calidad consiste solamente en “ajustar los procesos generadores de bienes y servicios a los estándares que privan en el comercio internacional”. Se trata de lograr la uniformidad y cumplir con las especificaciones del mercado a un bajo costo.
Alcanzar la excelencia educativa, y así cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la Agenda 2030 de la Unesco, “apunta a superar la visión de los aprendizajes mínimos”.
Segura Lazcano y Miranda García concluyeron que será indispensable implementar dinámicas educativas y técnicas de evaluación estandarizadas probadas en países desarrollados.