Atlacomulco, México. Es importante reivindicar la lucha de las mujeres, principalmente de las indígenas, ya que a través de sus historias de vida también se deja testimonio de la historia de los municipios a los que pertenecen, destacó la egresada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Osiris Patricia López Matus.
En su texto La reconfiguración de los roles de género a través de la migración en San Pedro del Rosal, un pueblo mazahua del municipio de Atlacomulco, publicado en el libro Atlacomulco, editado por El Colegio Mexiquense, Osiris Matus rescata la historia de las mujeres mazahuas de esa comunidad que emigraron en los años de 1950 y 1960.
Esta investigación histórica revisa el proceso de empoderamiento de las mujeres ante la migración de los varones, en busca de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias; ante su ausencia, las mujeres comenzaron a tomar decisiones dentro del ámbito de lo privado y de lo público, lo que detonó un movimiento económico y migratorio importante para la región.
Dentro de su texto, López Matus encuentra dos tipos de mujeres que viven este proceso de empoderamiento: las que se quedaron y las que se fueron. Las primeras entraron en un proceso de sobrevivencia con el abandonó gradual de los varones, es decir, de su pareja, su padre o sus hijos, por lo que gestaron estrategias para subsistir y de pronto ellas también se convierten en las que salieron, ante la necesidad de buscar trabajo en el ámbito comercial como la venta de artesanías y productos alimenticios.
“Fueron migrando del pueblo de San Pedro del Rosal hacía otros sitios como Atlacomulco centro, Toluca y la Ciudad de México. En estos encuentros de movilización ellas pudieron empoderarse en el sentido en que veían otras realidades y querían que sus hijas e hijos tuvieran más oportunidades para su vida”, explicó.
Con la ausencia de los varones la economía sufrió un retroceso en el municipio, ya que en muchos casos no se contó con el envío de remesas. Frente a ello, las mujeres de San Pedro del Rosal fueron protagonistas de un proceso que ellas mismas han visto como algo cotidiano, en el cual jugaron un papel protagónico ya que gestaron distintas estrategias para salir adelante y darle a sus hijos e hijas mejores condiciones de vida, al igual que su familia.
“Ellas fueron las principales actoras de este proceso de empoderamiento. Sin darse cuenta, trazaron el camino para que sus hijas lo andarán y actualmente, sus nietas están recogiendo esos frutos, lo cual se ve reflejado en el alto índice de escolaridad que posee el municipio”, abundó.
Lopéz Matus identifica que el proceso de empoderamiento que tuvieron las mujeres de San Pedro del Rosal fue similar al de otras comunidades indígenas en México, lo que también contribuyó a la estabilidad económica del país; sin embargo, no fueron rescatadas por los libros de historia oficial, convirtiéndolas en actoras silenciosas.