Tianguistenco, México. Griselda Areli Matías Mendoza, originaria del municipio de Lerma, es verde y oro hasta los huesos; estudió la carrera de Ingeniera en Software, la Maestría en Ciencias de la Computación y el Doctorado en Ciencias de la Computación en la Unidad Académica Profesional Tianguistenco de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).Sin embargo, para contar con la trayectoria académica que hoy le permite formar parte del claustro docente de este campus de la Autónoma mexiquense tuvo que nadar contra corriente y, sobre todo, imponerse a un tradicional entorno familiar en el que “las mujeres no tienen necesidad de estudiar porque se van a casar y las van a mantener”. Griselda tiene una hermana y un hermano, quien contó con el respaldo familiar para realizar estudios profesionales y es arquitecto. “Mis padres, de 75 y 73 años de edad, campesinos, me apoyaron para realizar estudios técnicos hasta nivel preparatoria, luego de lo cual hice una pausa de cuatro años en mi formación académica”, afirmó.Durante este periodo trabajó dos años como auxiliar en informática y luego como secretaria. La mayor parte de los compañeros que tuvo en los lugares en los que trabajó contaban con estudios de licenciatura y ganaban más que ella, así que se decidió a continuar preparándose, aun sin el apoyo de su familia.Griselda indicó que si bien no sabía de qué se trataba Ingeniería en Software, la eligió porque su carrera técnica era en el área de informática y consideró que lo mejor era continuar con algo relacionado con la computación. Además, puntualizó, me enteré que la UAEMéx era la primera que ofrecía una carrera de Ingeniería en Software a nivel nacional. La primera vez que vine a la Unidad, indicó, no sabía dónde estaba. “Mi papá me acompañó. Llegamos a Tianguistenco y nadie sabía que habría un campus de la UAEMéx. Nos mandaron a San Pedro y ahí nos dijeron que había una construcción, que quizá era ahí. En efecto, pero llegamos y estaba cerrado”. Luego del primer semestre de la carrera, su padre se dio cuenta que realmente iba en serio y le brindó su apoyo. Además, empezó a buscar becas y cualquier tipo de apoyo económico por parte de la institución. En tercer semestre escuchó de una beca para un proyecto y se acercó al profesor líder, quien le dio la oportunidad de integrarse a una investigación sobre un tema en el que continúa trabajando hasta la fecha, con bastantes frutos académicos: Generación automática de resúmenes en múltiples lenguajes.“El día que me titulé de Ingeniería me acompañaron mis padres, pero al principio él se negó a entrar al examen. Al final, estaba llorando porque su hija había logrado concluir sus estudios universitarios. Desde entonces, todo ha sido mucho mejor en nuestra relación. Me gané su respeto y ambos están muy orgullosos de mí. Ahora mi opinión cuenta mucho para ellos”, refirió.Areli terminó sus estudios de licenciatura en 2013, continuó su trabajo de investigación en la maestría y al iniciar el doctorado, que terminó hace un año, empezó a dar clases, lo cual ha sido muy satisfactorio para ella, sobre todo porque “los chicos están muy interesados y quieren aprender lo máximo”.Es autora principal del libro Detection of main ideas and production of summaries in English, Spanish, Portuguese and Russian, publicado por la editorial Alfaomega. La UAEMéx, dijo, “me ha permitido hacer muchas cosas en el ámbito académico. Publicar este libro me llena de alegría, es una gran satisfacción”.Ahora encamina su trabajo de investigación hacia las lenguas indígenas. En Lerma, refirió, “se habla otomí. Mis papás son hablantes de esta lengua, que lamentablemente se está perdiendo”. Al respecto, detalló que se hacen muchos estudios para el inglés, el español y otras lenguas comunes, pero las lenguas indígenas no se enseñan; “es más, ni siquiera se generan recursos para que las personas puedan leer en su lengua nativa”, sostuvo.Por ello, en la actualidad trabaja en la generación de resúmenes y recursos digitales en otomí. “En español descargamos noticias, libros, poemas, mientras que en lenguas indígenas no hay recursos, así que estamos juntando un corpus de noticias del municipio de Lerma, traducido por las personas que hablan otomí”, aseveró.Griselda Areli Matias Mendoza enfatizó que este es un trabajo que la llena de orgullo y que le permite aportar su granito de arena para la conservación de las lenguas indígenas, en este caso, del otomí.

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