El suicidio es una acción multifactorial que afecta cada año en el mundo a un millón de personas, en su mayoría hombres. Es prevenible y debe ser abordado de manera integral, afirmó la psicóloga clínica Nasdia Carmiol del Valle.

Como parte de las actividades del Programa de Atención Psicológica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Carmiol del Valle impartió a la comunidad universitaria la conferencia virtual “Prevención del suicidio, una tarea de todos y todas”.

La psicóloga clínica indicó que ocurre un suicidio cada 40 segundos en el mundo, ésta es la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años y por cada hecho consumado se dan 20 intentos.

Refirió que en México la tasa de suicidio por cada 100 mil habitantes, según la encuesta de mortalidad de INEGI de 2018, fue de 5.3 por ciento.

Además, puntualizó, 46 por ciento de los suicidios son cometidos por personas en un rango de edad de 30 a 59 años, un 34 por ciento por personas de 18 a 29 años, un 10 por ciento por aquellas de 10 a 17 años y un 9 por ciento por adultos mayores de 60 años.

En este contexto, la ponente señaló que las estrategias para combatir el suicidio en México deben ser integrales, con la participación de la sociedad, el sector empresarial y las instituciones públicas, cuyas campañas de concientización, redes de apoyo y capacitación vean al género masculino como un sector de alto riesgo.

Reconoció que las personas con enfermedades mentales son más vulnerables de atentar contra su vida; sin embargo, esto no descarta al resto de la población para que desee o busque cometer este acto.

Reiteró que el suicidio se detona cuando la persona considera que se quedó sin recursos para poder construir un proyecto de vida, es decir, ha pasado por un proceso que conlleva un conjunto de situaciones que la llevan a pensar y atentar contra su existencia.

La ponente dijo que existen diversas manifestaciones para reconocer a una persona que desea suicidarse como el generar la amenaza suicida, ya sea verbal o no verbal de naturaleza autodestructiva, expresada mediante algún escrito o frases reiteradas sobre el suicidio; que no deje de hablar sobre el tema o enunciar frases como “sería mejor estar muerto”; los gestos suicidas a partir de lesiones físicas autoinfringidas, es decir, cuando la persona se hace daño a sí misma, es un anticipo del acto suicida, así como la tentativa o intento suicida.

Ante este panorama, sostuvo que la prevención en torno al suicidio debe ser una estrategia sistemática, multifacética y colaborativa, debe abordarse a nivel de población, tomando en cuenta los factores individuales.

 

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