LA VIOLENCIA, COMO FORMA DE VIDA
El pasado fin de semana un grupo de mujeres, todas ellas integrantes de los llamados grupos radicales vandalizaron, una vez más, las instalaciones del Poder Legislativo del Estado de México como protesta a la aprobación de diversos ordenamientos a favor de la comunidad lésbico-gay que fue beneficiada.
Enmascaradas o con cubrebocas, vestidas de negro, armadas con palos, piedras y otros objetos contundentes, arremetieron contra la sede legislativa destrozando ventanales de sus oficinas y pintarrajeando sus muros. También, en señal absurda de odio, quemaron la bandera mexicana mientras lanzaban consignas.
Este hecho repetitivo pareciera no causar sorpresa a nadie, pues las manifestaciones son diarias y comunes; es más, son tan cotidianas que ya ni a las autoridades encargadas de cuidar el orden público les interesa, no sólo de los edificios públicos e históricos, sino la propia seguridad de los ciudadanos que tienen la mala suerte de encontrarse con estas mujeres.
¿Defensoras de género? ¿luchadoras sociales? ¿anarquistas? ¿vándalos? ¿resentidas sociales? Cómo podemos llamar a un grupo de mujeres que no tienen respeto por nada ni por nadie, que igual pintan un edificio que a una persona y que desafían a las autoridades escudadas en su género.
Pero, ¿Quién es más culpable de que sucedan estos hechos?
Las acciones se extienden hasta donde se les permite y, si las autoridades encargadas de impartir justicia no hacen valer su fuerza, entonces la manifestación se puede convertir en vandalismo, pues hay una línea muy delgada entre lo permitido y lo prohibido.
Si lo vivido el pasado sábado en el corazón de la capital mexiquense no tuvo una reacción basada en la ley, entonces quiere decir que cualquier grupo que se manifieste puede vandalizar la ciudad para justificar sus actos, sin que la autoridad deba intervenir.
No es necesario que los cuerpos de seguridad empleen la violencia extrema para poder detener a hombres y mujeres que violan la ley y sobre todo, ponen en riesgo a la sociedad mexiquense. La aplicación de la ley debe de ser pareja para todos y quien la trasgreda debe recibir un castigo acorde a las acciones que haya realizado.
GRIPE
Menudas pifias del comunicador social de la Cámara de Diputados, el “chilango” Alfredo Medellín, a quien el Poder Judicial tuvo que salir a hacer su chamba luego de que anunciara con bombo y pareja de esposos había sido beneficiada con la Ley de Amnistía, aprobada semanas atrás por los platillo a través de un comunicado de prensa, con los logos oficiales del Poder Legislativo, que una legisladores mexiquenses.
Ante esta afirmación, desde la oficina del presidente del Tribunal de Justicia, Ricardo Sodi Cuellar, tuvo que venir la aclaración de que en ese poder se están preparando para la correcta aplicación de la Ley de Amnistía y que hasta el momento nadie había sido liberado con base a ese ordenamiento.
Pareciera que Medellín tiene algo en contra del magistrado presidente y gracias a ello la relación con el TSJEM no ha sido del todo terso, ya en una ocasión había salido molesto luego de que, en un evento organizado por la senadora de morena, Martha Guerrero, fuera presentado como defensor de personajes relacionados con el narco mexicano.
Vaya favor que le hace el “chilango” Medellín a su jefe político y a los diputados mexiquenses, pues a todas luces deja ver que, o le tiene mala fe al Poder Judicial, o simplemente carece de tacto que todo comunicador enterado de su trabajo debe tener.
NEUMONIA
Nos cuentan que los funcionarios públicos (léase presidentes municipales y diputados) no pueden dormir ahora que se acercan los tiempos electorales y que saben que su cargo pende de un hilo. Aunque algunos ya fueron advertidos de que su trabajo dejó mucho que desear y que no serán llamados a repetir, en este momento sacan sus últimas cartas para amarrarse al cargo.
Lo anterior viene a colación por lo que pasa en Metepec con la alcaldesa Gabriela Gamboa, quien gobierna con la bandera de morena, y ahora intenta jugarla por el PT, aunque se enfrentará a rivales de colmillo retorcido como Óscar González.
Gamboa no se anda por las ramas con sus adversarios y ya varios de ellos fueron “acompañados” por policías municipales en sus recorridos proselitistas, incluso el que podría ser abanderado por morena ya fue “amablemente” exhortado a retirar algunas de sus propagandas… y eso que esto apenas comienza.
También me informan que la presidenta municipal de Temoaya, Nelly Rivera Sánchez, intenta romper acuerdos con sus compañeros de bancada y se quiere perpetuar en el cargo; obvio, con la molestia de su propio ayuntamiento, por lo que el síndico y algunos regidores se reunieron y denunciaron que en ese municipio no permitirán la reelección.
Sin duda que esta historia tiene mucha tela de donde cortar, habrá que estar muy pendientes